lunes, 17 de enero de 2011

Aumenta en un 25% el número de visitantes a Cabañeros en el último lustro


Un total de 92.578 personas disfrutaron el año pasado de la gran diversidad de especies de flora

El Parque Nacional de Cabañeros recibió el pasado año la visita de 92.578 personas, un 2,8% más que en 2009, en el que fueron 90.001 los turistas que disfrutaron de la gran diversidad de fauna y flora de un enclave natural que se encuentra a caballo entre las provincias de Ciudad Real y Toledo.

El incremento de turistas que ha experimentado Cabañeros en los últimos cinco años ha sido espectacular. De los 73.926 visitantes registrados en 2006 se ha pasado a más de 92.500 en 2010, un aumento del 25% en el último lustro, en el que han pasado por el parque nacional un total de 407.960 personas.
Según informaron a El Día fuentes del parque nacional, estos datos tan positivos se deben, sobre todo, a la “naturaleza tan especial” que atesora Cabañeros, pero también al esfuerzo que cada año hace la dirección por aumentar la “calidad” de las visitas.

Abril, octubre, mayo y marzo, por este orden, fueron los meses en los que Cabañeros registró un mayor número de visitantes. Desde la dirección del parque hacen hincapié en que su objetivo es que el incremento de visitas se realice de forma ordenada, sin que se perjudique la conservación del espacio protegido. En este sentido, subrayan que además de en primavera y otoño, el parque ofrece estampas “espectaculares” en verano e invierno, estaciones en las que también se puede disfrutar de una singular flora y fauna.

Recorridos a pie y en 4x4
El Parque Nacional de Cabañeros ofrece actualmente la posibilidad de realizar cuatro recorrido a pie por senderos guiados, uno parte del municipio toledano de Los Navalucillos y lleva hasta la cascada de El Chorro; otro se inicia en el municipio ciudadrealeño de Navas de Estena y transita por el conocido Boquerón del río Estena; y dos más que comienzan en la finca Gargantilla y recorren los valles de Valhondo y del Alcornocal.

En cuanto a los recorridos en vehículo todoterreno, las rutas propuestas realizan cuatro itinerarios por el parque nacional, que parten desde el Centro de Recepción Casa Palillos y desde los municipios de Horcajo de los Montes, Alcoba de los Montes y Retuerta del Bullaque, todos ellos en la provincia de Ciudad Real.

Estas últimas rutas son “más completas” y ofrecen la posibilidad de ver más fauna, mientras que en las primeras, las que se realizan a pie, “se está más en contacto con la naturaleza”.

Fuente: Antonio Criado EL DIA DE CIUDAD REAL


martes, 4 de enero de 2011

El Ciervo de Cabañeros


Sin duda, el rey de la fauna en el Parque Nacional de Cabañeros es el ciervo, es precisamente con la berrea cuando el parque alcanza el mayor número de visitantes dada la facilidad de ver y oir al ciervo que existe en este parque, aunque esto es debido a la superpoblación que presenta este espacio, por la ausencia de depredadores naturales que controlen la población.

No se ve el mismo número de ciervos todo el año, pues se van haciendo visibles en torno a la época de la berrea que es cuando más se ven, de las cuatro veces que he estado en el parque esta última, pasada la berrea es cuando más ejemplares he podido avistar, ha sido tal cantidad que podríamos estar hablando de un congreso de ciervos.











Aunque la época de la berrea se centra a mediados de noviembre, como todo en la naturaleza tiene una dispersión en el tiempo, a finales de agosto algunos descontrolados ya empiezan a berrear y pasada la berrea un buen número de descontrolados no solo siguen berreando toda la noche sino batiendo las astas al atardecer y al amanecer.

Los del Parque Nacional de Cabañeros nos cuentan que esta situación es habitual hasta finales de diciembre, aunque evidentemente es ya una actividad residual no por ello es menos perceptible.

Durante el día se pueden ver grandes grupos por la raña, los que se deben de ser los grandes triunfadores de la berrea van acompañados de hasta 30 hembras, no son muchos machos los que se ven por la raña pero hemos podido ver algunos con una cornamenta considerable aunque la mayoría eran unos varetos.

Localizarlos en la raña es relativamente fácil y ni siquiera es preciso entrar dentro del Parque Nacional, desde el mirador de casa palillos podemos observar con nuestros prismáticos o con el telescopio que hay la raña y buscar debajo de los árboles, así en las horas de más insolación será muy probable verlos descansar a la sombra de los escasos árboles que pueblan la raña.

También realizando la ruta etnográfica de Casa Palillos es posible que podamos ver alguno e incluso encontrárnoslo a la cara.


Una de las causas de poder ver ciervos con tanta facilidad es precisamente la propia fisionomía del terreno, la alteración sufrida por la raña en la que todo es visible.

No ocurre así en la zona de monte donde observar ciervos no es tan fácil, pues la vegetación los oculta aunque eso no quita que podamos orilos cuando llega la berrea.

De todas maneras oirlos sin poder verlos también tiene su encanto pues da lugar a la imaginación, nos preguntamos donde estarán, como serán de grandes para poder emitir semejante sonido y nos hace sobre todo pensar, nos encanta ver a los animales, pero ver no lo es todo y si así fuera, ¿que harían los ciegos en el monte?.

A veces es mejor cerrar los ojos y poner en marcha el resto de sentidos, nos sorprenderíamos de nuestra capacidad auditiva y de la cantidad de sonidos y sobre todo sensaciones que podemos captar.

Fotos y textos extraídos de: Hablando en Verde (Juanjo)

lunes, 3 de enero de 2011

Dicen adiós a 2010, el día de San Silvestre, con un baño en el río Bullaque


Medio centenar de personas han dicho hoy adiós a 2010 con un baño en las frías aguas del río Bullaque, a su paso por la localidad de El Robledo (Ciudad Real), para pedir el fin de la crisis económica y un cambio en las políticas ambientales que apuesten por la conservación en el país.

El ya tradicional baño que se sucede desde 1995 en las aguas de este afluente del río Guadiana, que discurre por el Parque Nacional de Cabañeros, ha sido aprovechado por los bañistas para incidir en la importancia de apostar por políticas medioambientales que protejan los espacios naturales que, como en el caso de ese río, suponen una fuente de riqueza para las economías rurales.

Por otro lado, alguno de los bravos bañistas han aprovechado el champuzón para pedir deseos al nuevo año, y el más repetidos entre todos ha sido el anhelo del fin de la crisis económica.

Vecinos de este pequeño municipio ciudadrealeño y otros llegados de diversos lugares de España se han zambullido en las crecidas aguas de este río cuya conservación defienden los vecinos de la comarca del Valle del Bullaque por su importancia para las economías de estos pueblos, gran parte de las cuales se basa en el turismo y la agricultura.

La iniciativa de bañarse en el río Bullaque viene repitiéndose desde el año 1995, cuando un pequeño grupo de amigos de este municipio ribereño prometieron bañarse el primer invierno que el agua volviera a correr por el río tras las persistentes sequías de la década de los 90.

La propuesta tomó un carácter reivindicativo ese mismo año, cuando se sumaron los integrantes de la Plataforma en Defensa del Río Bullaque que con anterioridad venía oponiéndose a un proyecto de trasvasar agua desde el pantano de Torre de Abraham al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.

No faltó a la cita Martina Alonso, la mayor de las mujeres que se lanzó al agua y que, a sus 66 años, mantiene intacta su intención de seguir bañándose, cada Nochevieja, en el río Bullaque.

El Robledo (Ciudad Real), 31 dic (EFE).- EFE
Imagen: Lanza

El mágico hechizo invernal de Cabañeros


El paisaje botánico del Parque Nacional de Cabañeros y su entorno se convierten en un mágico hechizo invernal cuando la abundante vegetación caducifolia transforma sus valles y sierras en un gran mosaico de colores.

Umbrías de sierras aparecen tapizadas de un bosque mixto compuesto por un extenso catálogo de árboles y arbustos que se mezclan entre sí, conformando un paisaje excepcional que cautiva a quien estos días vacacionales dedican su tiempo a disfrutar de los bosques.

En el amplio territorio por el que se extiende el Parque Nacional de Cabañeros y su entorno, las rañas adehesadas de centenarias encinas y quejigos se entremezclan con las formaciones de matorral medio que conforman jaras, brezos y romeros, y con los espectaculares sotobosques de robles melojos, sauces y fresnos ofreciendo un inventario de paisajes excepcional.

Lola González Mosquera, propietaria de uno de los establecimientos de referencia en el Parque Nacional de Cabañeros (la casa rural "El Boquerón del Estena"), ha explicado a Efe que esta amplia "amalgama de alfombras vegetales" motiva a muchos turistas pasear y recorrer los días invernales este territorio, atraídos por las "imágenes bucólicas que se encuentran a su paso".

Los árboles centenarios, ha añadido González Mosquera, salpican continuamente el paisaje, moldeado en muchos casos por el uso del suelo realizado a lo largo de los últimos 600 años y que ha conformado las formaciones vegetales de bosque mediterráneo en este territorio.

El uso del suelo, sometido a unas estrictas ordenanzas del dominio señorial consistente en el cultivo del cereal de secano en sus rañas, el aprovechamiento del corcho y carboneo, ha permitido conservar hasta hoy toda la riqueza natural y diversidad biológica que conforma el paisaje del Parque Nacional de Cabañeros y su entorno.

El gran valor botánico le lleva a albergar más de un millar de especies catalogadas de plantas vasculares, de las que 98 son árboles y arbustos. La vegetación que se alterna y cambia "es seductora", comenta González asegurando, con media sonrisa, que en algunos lugares "habitan duendes y hadas que se pierden entre la espesura de la vegetación".

En la comarca de Cabañeros los dos tipos de bosque dominantes son los encinares, que generalmente se encuentran en laderas abruptas y solanas, y el bosque de rebollares que ocupa umbrías, pedrizas y partes más elevadas del territorio.

Frecuente también es el matorral de sustitución compuesto por jaras que en zonas con mayor humedad cede paso al madroñal, pero la diversidad es tan amplia que también se disfruta de lugares donde el agua circula tan lento que forma las conocidas turberas o bonales.

Particular importancia en esta zona tienen las comunidades asociadas al agua: comunidades riparias de cárices muy bien conservadas, grandes brezales y galerías fluviales arbustivas y arbóreas, que manifiestan una elevada diversidad.

Pero el Parque Nacional de Cabañeros y su entorno incorporan otras muchas especies, algunas de hábito eurosiberiano que encuentran aquí un refugio ideal como es el caso del abedul, el sauce, el aliso, el tejo y el acebo. Los escarpados rocosos y las conocidas pedrizas también incluyen comunidades de plantas rupícolas de gran interés y especies de carácter atlántico.

Todo ello, concluye la propietaria de "El Boquerón del Estena", convierte la zona "en un señuelo turístico de primer nivel" que no pasa desapercibido para quienes optan por disfrutar del paisaje y de los bosques.


Obtenido de: dclm.es
Fuente: Aníbal de la Beldad (Efe)